Divertidisima, alocada, irreverente, astuta, genial. En este film nos gozamos con las ocurrencias de este trio de empleados, que hastiados de ver cómo son abusados fisica, psicológica o verbalmente por sus jefes deciden acabar con la existencia de ellos, para conseguirlo se verán involucrados en una especie de plan ¿inteligente? para hacerlo sin levantar sospecha alguna. Lo mejor de todo esto es que de esta manera el film nos conduce por distintos planteamientos y giros argumentales que solo realzan el hecho de la genialidad de este relato cómico.
Y es que el film es una gozada, porque parte de un contexto meramente raído y creible (¿alguna vez han querido acabar con su jefe, o al menos hacer que se rompa una pierna?) y construye una historia salpicada de ingeniosos gags, escenas de acción alocadas y personajes alucinantemente efectivos.
El trío protagonista está muy bien encarnando a los 3 empleados diferentes: el primero (Jason Bateman) como un asistente anhelante de escalar una posición en su empresa, siendo presa y víctima de un jefe temerario y sin escrúpulos (fenomenal Kevin Spacey), luego Charlie Day como el asistente de ortodoncia victima de una maniáca sexual (Espléndida Jeniffer Aniston), y finalmente Jason Sudeikis, quien tiene que liar con el nuevo presidente de la compañía, un tipo adicto a la heroína (Irreconocible Colin Farrel). Las vivencias de cada uno nos transporta en un vaivén de actividades llenas de mucho humor, excentricidades y experiencias diferentes, todas envueltas en un espectáculo de risas y adrenalina pura.
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